Descripción
El consumo de drogas constituye una preocupación en la sociedad chilena. Si bien los estudios nacionales en población general muestran un estancamiento e incluso algunos descensos en el consumo de drogas ilícitas en varios grupos de edad considerados, el grupo de 19 a 25 y el de 26 a 34 presentan un aumento en el consumo de cocaína. Por otro lado el grupo de 12 a 18 años aparece en tercer lugar respecto a prevalencias de consumo de drogas ilícitas, hecho preocupante debido a que la población joven resulta más vulnerable a los efectos y consecuencias negativas del uso de drogas.
La intensidad y el abuso de drogas se evidencia mayormente en los grupos más pobres. Así por ejemplo la pasta base penetra principalmente en los niveles socioeconómicos más bajos donde los problemas psicosociales asociados a su uso alcanzan al 57% de los consumidores recientes o prevalentes año. Esto quiere decir que son los sectores más pobres donde el fenómeno alcanza sus ribetes más dramáticos, debido a las pautas existentes de uso de drogas, situación agravada por la precariedad de las redes de apoyo y la falta de recursos para enfrentar las consecuencias del consumo.
La gravedad de esta situación radica en que la droga no solo produce severos daños a la salud de quienes la consumen, Sus consecuencias exceden el ámbito de la salud pública: deteriora la familia y es fuente de conflictos sociales de diversa naturaleza, que se expresan en violencia, corrupción y multiplicación de delitos contra las personas y la propiedad, todo lo cual genera una sensación de inseguridad en la población.
Una efectiva prevención del consumo de drogas es fruto de los esfuerzos realizados por los diferentes segmentos de la sociedad, asumiendo una responsabilidad compartida entre los individuos, las familias y las organizaciones.
En este sentido, el Gobierno de Chile ha dispuesto recursos para desarrollar programas de prevención a nivel comunal, que apunten a fortalecer un tejido social informado y sensibilizado frente a los problemas de drogas, los que deben ser coherentes con los planes y acciones de prevención del consumo desarrollados por las instancias comunales que cumplen función en la materia, siempre que se ajusten al marco de la política pública diseñada al respecto por el Ministerio del Interior, con la asesoría técnica de CONACE.
Con ello se pretende contribuir a disminuir el consumo de drogas en comunidades, poblaciones, y sectores que presentan mayor vulnerabilidad frente al problema, a través del apoyo a iniciativas generadas por juntas de vecinos y demás organizaciones comunitarias.
Este fondo tiene como propósito contribuir a la disminución del consumo de drogas en las comunas mediante el apoyo financiero a proyectos e iniciativas que tengan tal finalidad, avanzando en el cumplimiento de uno de los principales objetivos de la Estrategia Nacional Sobre Drogas del Gobierno de Chile.
Podrán postular como ejecutores las Juntas de Vecinos y organizaciones comunitarias o funcionales regidas por la Ley 19.418 o el texto que la reemplace, que cuenten con personalidad jurídica y tengan interés en desarrollar proyectos de prevención del consumo de drogas, como por ejemplo, entidades juveniles, deportivas, culturales, vecinales, entre otras.
Se financiará el desarrollo de los siguientes tipos de iniciativas:
Proyectos de Información y Sensibilización: Que tenga como objetivo informar, tomar conciencia y desarrollar una capacidad crítica en los beneficiarios frente al consumo de drogas, como implementar centros comunitarios de información, proyectos de difusión, etc.
Proyectos de formación de agentes comunitarios: Acciones destinadas a entregar conocimientos y desarrollar habilidades vinculadas a la prevención del consumo de drogas a agentes o líderes sociales de la comunidad. Por ejemplo, se deberá abordar temas relativos a los conceptos básicos relacionados con las drogas, clasificación, efectos, consecuencias, etc.
Proyectos de Prevención que contribuyan a fortalecer factores protectores y disminuir los riesgos: Acciones dirigidas a fomentar estilos de vida saludable (deportivo – recreativas) y potenciar factores protectores directamente relacionados con el consumo de drogas en grupos vulnerables o en riesgo social.
Los destinatarios de los proyectos deberán ser hombres y/o mujeres (niños, jóvenes, adultos y adultos mayores) organizados o no, habitantes de las poblaciones y/o sectores donde se ejecuten las iniciativas respectivas.
Los proyectos deberán tener una duración mínima de 4 meses y una máxima de 6, contados desde la fecha del traspaso de los recursos, lo que será comunicado por la oficina PREVIENE respectiva.
Este fondo contempla un aporte máximo de 1 millón 500 mil pesos por cada proyecto, y financiará los siguientes ítems:
Gastos operacionales: correspondientes a movilización y materiales necesarios para el desarrollo de las actividades definidas, fundamentados en forma adecuada al proyecto y como complemento de los que aporte la propia junta de vecinos u organización comunitaria o funcional.
Equipamiento: correspondiente al estrictamente necesario para implementar el proyecto y como complemento al equipamiento que aporta la junta de vecinos u organización comunitaria o funcional. El item no podrá superar el 8% del monto mínimo solcitado.
Recursos Humanos: corresponde al pago de sueldos, honorarios y remuneraciones a profesionales, técnicos o monitores que estén debidamente justificados en el proyecto, y como complemento a los recursos humanos que pueda aportar la propia junta de vecinos y organización comunitaria o funcional.
Se priorizarán aquellos proyectos que
fomenten la participación y coordinación en la red de prevención del consumo de drogas.
Considere como destinatario a niños, niñas y adolescentes en riesgo social menores de 18 años
Que sean ejecutados por organizaciones y asociaciones juveniles considerando como destinatarios a adolescentes y jóvenes entre 18 y 29 años.
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